lunes, 26 de mayo de 2014

LA EUROPA DEL DUMPING SOCIAL Y DEL PODER ECONÓMICO, txokotik de hoy en Gara

La Unión Europea genera desigualdad y tiene poco de unión a la vista de la economía social. Avanza a distintas velocidades, empobrece a millones de personas en beneficio de unos pocos, sus mandatarios aborrecen que los diferentes pueblos que existen dentro de su seno logren la independencia y, así, podemos seguir muy lejos y con muchos ejemplos.

Es cierto que se producen diferentes ritmos de crecimiento económico y quienes más poder tienen obligan a quienes están en peores condiciones a apretarse más el cinturón. Como se ha visto en esta crisis económica que tenemos, esa realidad ha servido para que en Europa aumente la pobreza y el desempleo por la imposición de la austeridad. Hay 26,1 millones de parados, y en 2012, que son los últimos datos disponibles, había 124,2 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión. Ocurre porque el poder político de quienes gobiernan la UE se alía con los intereses económicos, con los 6.550 lobbies que golpean una y otra vez la puerta de los despachos de los comisarios para que las políticas sigan la línea que les otorgue más beneficios. Es simple. El poder llama, y el gobernante acude en su rescate.

¿Cómo puede ser que dentro de la UE exista un exagerado dumping social? ¿Cómo puede ser que haya tantas diferencias salariales entre los diferentes pueblos? ¿Cómo puede ser que la igualdad entre hombres y mujeres, a pesar de la prolija legislación, siga sin producirse? ¿Cómo puede ser que en esa Europa del supuesto bienestar social la pobreza crezca a pasos agigantados y se apoye antes a las entidades financieras que a las personas sin recursos? La Unión Europea ha destinado en esta crisis económica más de 4,5 billones a las entidades financieras para sanear sus cuentas, para sanear la crisis en la que nos han metido.

Esta nueva etapa que comienza en el Parlamento Europeo tendrá que afrontar muchos retos, aunque no hay sitio para la esperanza. El primer reto es el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa. Lo poco que se sabe por ahora muestra un futuro basado en el poder de las multinacionales, no de los pueblos, de los agricultores, de los ciudadanos. ¡Queda mucho por hacer!

lunes, 12 de mayo de 2014

Debajo del verde sólo hay paro y miseria a raudales, txokotik en GARA 13.5.2014

Los responsables de los gobiernos funcionan a toque de silbato de la elite económica. Empiezan a verlo todo de color verde, pero debajo del mismo sólo hay pobreza y miseria. Se han empeñado en hacernos creer que esto va fenomenal, pero la realidad no es así.
   Vemos a responsables de gobiernos en materia de empleo que han tardado dos años en darse cuenta que Lanbide no funciona y que, lo que es más grave, no intermedia en el mercado laboral, que es para lo que se había creado. Dos años perdidos, a pesar de que los colectivos sociales y sindicales se lo han estado recordando una semana sí y otra también. Una vergüenza. Creo que desde los gobiernos buscan que la protesta y la denuncia se cansen. Que paré por inanición, por cansancio. Pero cuando no ocurre así, por la perseverancia, tienen que reconocer lo que en la calle se ve con mucha anticipación. 
   Nos venden humo y nos hacen creer ante esta crisis soporífera que el espejismo es real. No pisan la calle, no pisan el barro. Viven entre alfombras, moquetas y despachos enormes que no les dejan ver la terrible y dramática realidad. Hay más de 228.000 trabajadores sin empleo y la mitad sin prestaciones económicas. Sólo ese dato debiera de llamar a la prudencia y, sobre todo, a la acción; a poner en marcha medidas que activen la creación de empleo de calidad. Sí, de calidad, porque detrás de esos datos de contratación hay otros dramas: el 36% de los contratos de abril fueron a tiempo parcial, es decir bajos salarios y precariedad. Y, otro más, el 31% de los contratos firmados el mes pasado tuvieron una duración inferior a 20 días, aunque llegan al 71,67% sí la duración es de un mes. ¿Se puede vivir así con un salario de un mes y que no será nada del otro mundo?Evidentemente, no.
  Es fácil aliarse con los poderosos, seguir sus consejos-dictado. Hay que tener un par de agallas cuando te tilden, con razón, de “vendido” y después hay que tener un bolsillo amplio y resistente para que quepa esa compensación de a todo lujo que llega por esa complicidad, que en algunos casos se transforma en un asiento en algunos consejos de administración muy bien pagados.¡Más les valdría pisar el barro!