Cada día que ha pasado en estos dos años del Gobierno del PP en el Estado español nos ha deparado una sorpresa. Una tras otra, cada vez peor. Han legislado a favor de los poderosos. Han sido 730 días difíciles y, desde luego a mi, me parece que Mariano Rajoy lleva un porrón de años gobernando. Nos sacó de la manga una reforma laboral, más dura que la que realizó Jose Luis Rodríguez Zapatero, que fue dura.
Nos han robado derechos laborales. De ahí, llegó la reforma de la negociación colectiva, que está causando estragos en el mercado laboral. Todos los empresarios se están aprovechando de la misma con el fin que todos nos imaginamos: pagar menos y empeorar nuestras condiciones laborales para que tengamos que trabajar y callar.
Otra importante reforma es la de las pensiones. ¡Lo tenemos claro! Será difícil tener una pensión digna garantizada en el futuro. Aquí, de nuevo, el Gobierno Rajoy ha vuelto a favorecer a la industria privada de las pensiones: el sistema financiero y los fondos de pensiones.Todo lo que se había conseguido hasta la fecha se diluye; de tal manera que, si quieres tener una pensión digna, o cambian la actual legislación o te obligarán a acudir al sistema privado. Pero, ¿quién puede hacerlo? Si los sueldos son cada vez más bajos, porque es lo que han conseguido con estas reformas, será imposible ese acceso para muchos. Para conseguir una pensión de poco más de 600 euros al mes necesitas capitalizar (aportar, ahorrar) 247.000 euros en un fondo privado. ¿Quien lo puede hacer? No muchos. Pero, además, a quien juega a las pensiones privadas les benefician con desgravaciones fiscales de la caja común de nuestros impuestos. Nos dicen que no hay dinero para ayudas sociales, pero sí para las pensiones privadas.
Todo esto no queda aquí. Porque han derruido las conquistas sociales y laborales, y ahora quieren que el pueblo se quede desprotegido y desnudo, que no haya protestas contra este robo. Prometen multas. No quieren testigos de sus desmanes. En realidad, es evidente que este fin de los derechos nos lleva a otros tiempos: a la dictadura del poder. No quieren que defendamos los derechos que otros, antes que nosotros, conquistaron. Nos queda un camino de lucha y lucha. Animo, ¡hasta la victoria!