Ni es fijo ni seguro que la economía repunte en 2014 a los niveles que nos dicen. Igual si, o igual no. Estamos hablando de que para que eso ocurra el crecimiento tendría que ser un tanto espectacular en relación a este año, que cerraremos en pérdidas. Nuestros gobernantes se agarran a un clavo ardiendo para mantener sus posiciones, aunque en realidad hacen poco o nada por impulsar el empleo y la economía; solo, marketing.
Es lo que nos esta ocurriendo estos días con el tarifazo eléctrico, con un 12% de la población sumida en la pobreza energética. El mártir del ministro español de Industria, José Manuel Soria, llega al final y nos dice que no hay derecho a ese incremento, que hay manipulación. ¿Estos gobernantes se dan cuenta de que nos están robando ahora? Es impresionante. Ese sistema opaco de determinación de los precios de la electricidad, como otros sistemas, lleva unos cuantos años y nadie ha metido mano. Todos sabemos la razón, porque, al final, estos gobernantes acaban en sus consejos de administración.
Si el tema del tarifazo eléctrico es grave, más lo es desvincular las pensiones del IPC, de la inflación, para pagar menos pensiones a quienes décadas y décadas han contribuido con una parte de su salario. ¡Eso que la cesta de la compra, que determina el IPC se modifica atendiendo a no se qué intereses!
Otro de los ejemplos de este comportamiento de los políticos está en la aprobación de los presupuestos y de la reforma fiscal. Destinan menos presupuesto a los más necesitados, que hace dos años, y nos dicen que están haciendo un enorme esfuerzo. O realizan una reforma fiscal que es una burla a la inteligencia humana, muy alejada de la media de la presión fiscal que existe en la Unión Europea y más aun de algunos países desarrollados.
La pregunta siempre es la misma ¿hasta cuándo vamos a aguantar los ciudadanos a toda esta clase de engaños? ¿Hasta cuándo vamos a soportar esas campañas de marketing que hacen diciendo que salimos de la crisis, si resulta que en Hego Euskal Herria hay más de 225.000 desempleados?
Creo qué tenemos mucho trabajo, también en 2014, para desentrañar todos esos engaños. La lucha en la calle es el camino. Aurrera!