lunes, 1 de diciembre de 2014

La seguridad social no reconoce entre el 85% y 98,8% de casos de amianto


En Hego Euskal Herria este año han fallecido 19 personas por haber estado en contacto con el amianto. Desde 2008, se acercan ya a las 200 víctimas. El investigador de la Universidad de Granada, Alfredo Menéndez, denuncia en GARA una infradeclaración exagerada de casos de amianto por parte de la Seguridad Social.

Un  trabajo del catedrático Alfredo Menéndez, y su equipo de la Universidad de Granada, publicado en el “International Journal of Occupational and Environmental Health” documenta el masivo infrarreconocimiento de los cánceres por amianto en por parte de la Seguridad Social, que están provocando importantes quebraderos de cabeza entre los afectados y sus familiares por los efectos nocivos del mineral cancerígeno. Los resultados muestran que entre 2007 y 2011 fallecieron en el Estado español 1.297 personas por mesotelioma pleural, 925 fueron hombres y 372, mujeres.
Según la Agencia Internacional para Investigación del Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés), entre el 80 y 85% de los casos se deben a exposición laboral, dado que el resto se debe a exposición ambiental. De esa forma, Menéndez indicó a GARA que «estimamos que entre 1.038 y 1.102 de las muertes registradas se deben a exposiciones laborales al amianto». Sin embargo, en ese periodo la Seguridad solo reconoció 50 casos –49 hombres y 1 mujer–. Ese porcentaje es mínimo, a juicio de este investigador científico, dado que solo representaron el 6,4% de los hombres y el 4,4% en las mujeres quienes fallecieron entre 2007 y 2011 por mesotelioma pleural atribuible a exposición laboral al amianto y que han obtenido el reconocimiento de enfermedad profesional.
El informe, como explica Alfredo Menéndez, confirma que la tasa de infrarregistro de los fallecidos por cáncer de bronquio y pulmón atribuibles a exposición laboral al amianto es aún mayor, dado que se eleva al   98,8%. «La mortalidad atribuible al amianto es en este tipo de tumores más difícil de establecer dada la existencia de otros factores causales como el tabaco», admite, pero «siguiendo criterios establecidos por diversos estudios, hemos estimado en 4.076 el número de fallecimientos por cáncer de bronquio y pulmón atribuibles a exposición al amianto en el quinquenio 2007-2011, de los que sólo 47 casos –todos hombres– obtuvieron reconocimiento de la Seguridad Social».
Menéndez explica que «en otro trabajo  en colaboración con el equipo del Dr. López-Abente del Instituto de Salud Carlos III de  2013, asistimos en esta década al pico de la epidemia de mortalidad por cánceres del amianto,  y se se mantendrá hasta 2040».
Los cálculos anticipados que ofrecen en el trabajo es que entre 2016 y 2020 fallecerán 963 personas por mesotelioma pleural en el Estado español. «A ellos hay que sumarles los mesoteliomas de otras localizaciones y los carcinomas broncopulmonares –al menos dos por cada mesotelioma–». Alfredo Menéndez entiende que la gravedad de esta situación se sostiene en el tiempo y, por lo tanto, demanda actuaciones públicas. Porque «además de la injusticia para las víctimas, el infrarreconocimiento implica una grave distorsión de las estadísticas de enfermos profesionales». Por lo que se pregunta si la opinión pública «¿adoptaría una posición diferente respecto a este problema si las estadísticas oficiales de reconocidos por cánceres del amianto reflejaran los más de 600 fallecimientos que se producen anualmente en nuestro país por esta causa?».
Un estudio de Eurogip sobre la incidencia del amianto en Alemania,  Bélgica, Dinamarca, Estado español, Finlandia, Estado francés, Italia, Noruega y Suiza se confirma de modo genérico que la Seguridad Social español es la que menos confirmaciones de enfermedad profesional aprueba derivadas del amianto, cuando el mineral cancerígeno instalado e importado entre las décadas de los sesenta y los ochenta fueron elevadas.

«No está, ni se la espera»
Alfredo Menéndez afirma con rotundidad que a la Seguridad Social «no está ni se le espera»,  porque el amplio trabajo científico que están desarrollando diferentes investigadores se publican en reconocidas revistas especializadas, pero no se plasma en actuaciones concretas. Admitió que antes del verano mantuvo contactos con diputados del PSOE para avanzar en esos datos y explicar la situación. Reconoce que este interés, hasta la fecha, de ese partido, lo mismo que el PP, termina cuando acceden a responsabilidades de gobierno. «Topamos con el mundo de la Seguridad Social. Es complejo, poco transparente y escasa capacidad de maniobra en este tema», lamentó. Este profesor de la Universidad de Granada admite que «no nos podemos quedar en la difusión academia. Tenemos que llegar a los afectados y a la ciudadanía. En conjunto podemos hacer que este escándalo del amianto salte», por que a su juicio se lo merecen esos trabajadores y sus familias que están soportando este drama, muchas veces en silencio.
A juicio de Menéndez, el reconocimiento de la enfermedad profesional por el amianto son, al final, «cantidades ínfimas, que a los víctimas le proporcionan reconocimiento social. Sin embargo, se oculta». El profesor universitario no quiere entrar en las razones concretas de porque se tapa el problema, pero añade que cuando más se ha conocido se ha debido a la movilización social. Puesto que «la Seguridad Social aplica criterios poco transparentes ante este problema. Como no se ve , no hay debate público y la Seguridad Social no se ve presionada para cambiar los criterios».
Alfredo Menéndez asegura que «no ha estudiado en profundidad la creación de un fondo de compensación para las víctimas y sus familiares del amianto». Pero asegura que en otros países se puso en marcha debido a que los sistemas compensadores no funcionaron. «Aquí en 1978 se reconoció el  cáncer del amianto, pero hasta 20 años después no hubo ni un solo caso reconocido. Eso quiere decir algo. He identificado casos incluso de un médico de Uralita, que reconoció un carcinoma del pulmón en los años sesenta», terminó.
(publicado en GARA 30.11.2014)

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