lunes, 3 de marzo de 2014

UN GRITO CONTRA LA EXPLOTACIÓN Y LA MISERIA EN BILBO, txokotik hoy de Gara (3-3-2014)

Han tomado Bilbo. Policías y los máximos adalides del capitalismo rancio. Llegan con parafernalia, con la policía por todos los sitios para proteger a quienes nos han llevado a la pobreza, a quienes nos han recortado las prestaciones sociales y a quienes han terminado con las condiciones laborales logradas tras décadas de lucha de la clase trabajadora.

¿Quién nos protege a nosotros frente a ellos? Porque son peligrosos. Generan desigualdad, explotan y echan a pueblos enteros de sus territorios, crean hambre y miseria. Vienen a Bilbo estos para organizar charlas, para confirmarnos que en este planeta sólo hay sitio para unos pocos: los millonarios capitalistas, los que abrazan ese mundo desigual. Muchos otros se acercan a rendirles pleitesía, para alabar y presentar sus credenciales de cómo han terminado con esos derechos a disponer de una prestación social digna si te expulsan del mercado de trabajo, a tener un salario y un empleo digno. Ellos aplican las políticas que ese grupo de neoli- berales predica. Por eso, hoy en Bilbo tienen un lugar reservado en ese festín capitalista. Son la sombra alargada y malvada de las multinacionales explotadoras. No les importa lo que diga el Pueblo. El Pueblo debería darse cuenta ya que ese puñado de gobernantes están al servicio del gran capital, porque abrazan esos privilegios de unos pocos.

Sin embargo, la clase trabajadora y la sociedad tiene en la calle su voz. Hay que demostrarles que esta batalla no ha terminado. Que, igual que otros hicieron antes, la lucha continúa y no se olvida. Avanzar hacia un mundo justo es posible. Tenemos que arrebatarles el poder que han acumulado unas pocas personas mientras el mundo se muere de hambre, de desigualdad e injusticias. Esos que mandan han decidido desembarcar en Bilbo, pero nosotros también. Debemos decirles que no les queremos y que, sin duda, buscamos una sociedad más justa, igualitaria donde podamos vivir todos.

Un gran amigo, Periko Solabarria, nos dice que «si no nos dejan soñar, no les dejemos dormir». Esa es la idea. La calle nos espera. Es la mejor expresión de libertad. Si queremos llegar a la meta, tenemos que salir y luchar. Nos vemos en la calle.




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