Ángela Merkel y Mariano Rajoy quieren hacernos creer que vamos bien gracias a los recortes y a la austeridad que han impuesto en la Unión Europea. Y, por tanto, nos amenazan con aplicar más recortes y más reformas. El objetivo es claro: empobrecer a los trabajadores y a la mayoría de la población y, por el contrario, beneficiar a unos pocos: la elite económica a la que los líderes de la derecha europea rinden pleitesía y me atrevería a decir que, también, los socialdemócratas que se pasean entre Berlín, Bruselas, París y Madrid, por poner algún ejemplo.
La realidad es que un 12,2% de la población ocupada esta atrapada en la pobreza aunque trabaje. Son, según los últimos datos de Eurostat y de la Red Europea de lucha contra la Pobreza (EAPN), 853.600 trabajadoras pobres (10,8%) y 1.273.820 trabajadores pobres (13,5%). Los datos para Hego Euskal Herria son parecidos.
En el Estado español hay un 39,17% más de trabajadores pobres que en la media de la Unión Europea de los 28 y ese porcentaje entre las mujeres trabajadoras es del 27,05% más que la media europea.
No tenemos nada que festejar, lo diga Merkel, Rajoy, Hollande o cualquier dirigente europeo. Lo que tenemos que hacer los trabajadores es luchar para reconquistar todos los derechos laborales, salariales y sociales que nos han robado.
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