domingo, 4 de enero de 2015

¡QUE VIENEN LAS ELECCIONES!

¿De repente, por arte de magia, algunos nos quieren meter eso de que aquí todo empieza a marchar bien. No hablan ya de brotes verdes, sino de prados verdes y maravillosos. Sin embargo, si levantamos ese manto verde artificial, vemos un país tenebroso, donde la miseria se inclina siempre hacia una parte importante de la sociedad.

Me voy a parar en tres elementos, aunque reconozco que hay muchas más aristas desde donde se podrían poner ejemplos claros y precisos del engaño monumental al que nos quieren someter quienes se enfrentan, de nuevo, a unas próximas elecciones. ¡Están en juego algunas poltronas! Por eso, se entiende bien que a algunos en vez de darles pavor cómo han desprovisto al pueblo de muchos de los avances logrados con la lucha, se cambian las lentillas o los cristales de las gafas para ver todo del color maravilloso, como si aquí no hubiera pasada nada.

COMBUSTIBLE.
Uno de los principales elementos sobre los que gira este entusiasmo neoliberal actual. El precio del barril del petróleo se ha desplomado en los últimos meses. Cierto, pero no lo han hecho de igual manera los combustibles. En la Comunidad Autónoma Vasca desde 2006 a 2014 la gasolina ha incrementado su precio un 38,25% y desde el inicio de la crisis (2008), aumentó un 38,55%. Cierto es que entre 2013 y 2014 (a noviembre que son los últimos datos por comunidades) ha caído un 3,84%, pero es una disminución ridícula para lo que ha aumentado.

FISCALIDAD.
Los cambios en el IRPF se utilizan por el entorno de los gobiernos, sobre todo del PP y otros más cercanos PNV y PSE, para decir que las rentas más bajas pagarán menos, pero donde verdaderamente está hecha la trampa es en las rentas altas, que sí, pagarán mucho menos. Otra trampa es la subida del IVA para los productos farmacéuticos, del 10 al 21%; por lo tanto, lo que no pagas por un lado, te lo roban por otro.

Sin embargo, la realidad en el ámbito español y vasco es que las rentas de capital, el principal negocio de unos pocos, son las que no pagan casi impuestos por diferentes vías que los gobiernos les ponen en bandeja. Un dato en Euskal Herria –según Elkartzen– un 1,67% de la población controla el 44,78% de la riqueza. ¡Han aumentado los ricos en este ultimo decenio!, pero las arcas públicas se desmantelan. El fraude fiscal y la economía sumergida en el Estado español representan un 24,6% del PIB. En Hego Euskal Herria roza el 20%. Hablamos de 253.000 millones ocultos en el Estado español, según GESTHA, y en torno a 18.000 millones en Hego Euskal Herria.
Por cierto, un aviso, para quienes creen que el dinero se agota, ¡ni por esas! La riqueza mundial crece. Lo dice Credit Suisse en su último informe, sin tapujos. Es decir, HAY DINERO, PERO ESTÁ MUY MAL REPARTIDO. Lo que es peor: quienes nos gobiernan no quieren modificar este desequilibrio e injusticia social.

PARO Y POBREZA.
No sé a estas alturas de la vida cómo se puede hablar de cambio de rumbo en la economía con el nivel de desempleo tan elevado, tanto en el Estado español como en Hego Euskal Herria. Porque, en realidad, la economía vasca se encuentra en el grupo de cabeza de las diferentes zonas de la UE, pero unos pocos acaparan casi todo.
Elkartzen lo dice de forma clara y rotunda: un 8% de la población vasca vive con ingresos inferiores a 500 euros al mes y ELA confirmó que a pesar de que 71.092 personas que recibieron la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) «no consiguen salir de la situación de pobreza real». LAB, en este caso, reclama que todas las personas en la pobreza tengan derecho a recursos que les permitan tener una vida digna.
Todo ello rodeados como estamos de una precariedad abusiva y chantajista, que supera el 93%. Se han más que duplicado los contratos a tiempo parcial, que te hacen ser un "esclavo del siglo XXI" y te cierran la boca para evitar qu protestes. 
Estos son algunos elementos, pero hay muchos más. 
No entiendo este afán por decir que estamos saliendo de la crisis. Si se mejora es porque era imposible ya ir a peor. Tampoco entiendo que personas cercanas intenten dar carta de naturaleza a esa ilusión que ha nacido entre algunos políticos para cambiar el rumbo de forma artificial. Pero, como díjo el otro. ¡son las elecciones, que están a la vista!


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